«Corrí tras de ti aquella tarde
y te bese mientras apoyabas tu cuerpo blanco
en el árbol que ahora solo muestra su esqueleto.
Dónde quedaron nuestros pasos,
dónde las semillas de nuestros huertos ahogados.
Solo se mantienen vivas aquellas rocas imponentes
donde subíamos descalzos algunas noches de verano.»