San Martín de Trevejo. Senderos de unión. Puerto de Santa Clara.
«A lu que atravexa os troncos dos árbulis,
xuga impacienti intentandu deslumbralti.
Tu camiñas con o fríu da mañan que se escapa sinuoxa marcau na tu cara.
Sintis ganas de rispiral fondu,
de tocal con as tuas mas a viaimponenti
que intullis detrás de ca foia tembloroxa i tersa.
Sintil o pálpitu inquietanti dos animais que sigilosus te observan ao pasal.
Encoiralti, deisalti amar por a terra inda húmida,
esponxosa tras o rociu da noiti.»
«La luz que atraviesa los troncos de los árboles,
juega impaciente intentando deslumbrarte.
Tu caminas con el frío de la mañana que se escapa sinuosa marcado en tu cara,
Sientes ganas de respirar ondo, de tocar con tus manos la vida imponente
que intuyes detrás de cada hoja temblorosa y tersa.
Sentir el pálpito inquietante de los animales que sigilosos te observan al pasar.
Desnudarte, dejarte amar por la tierra aún húmeda, esponjosa tras el rocío de la noche.»
O portu de Santa Clara é probablimenti un dos lugaris mais mágicus,inquietantis i cargaus de via na Serra de Gata.
A primeira ve que pisí a sua calzá, sintí toa a sua grandeda, pureda, forza i estau salvaixi, i hoixi, mutus anus dispois, o sigu visitandu por lo menus unha ve ca cambiu de estación, porque toas son totalmenti diferentis. O he vistu nevau, cheu de foias verdis tintineandu mandándumi señais ucultas, de coloris terra i sonrosaus nas ramas, he enchiu os meis bulsillus de castañasi setas… He merendau a sombra i ao sol… He xugau revolcándumi por as foias… He rispirau o fríu da mañan i he vistu dulcis atardeceris, he chorau, gritau, i riu a caracajás. He recordau tei nomi en silenciu, i he camiñau agarra da tua man.
El Puerto de Santa Clara es probablemente uno de los lugares más mágicos, inquietantes y cargados de vida en Sierra de Gata.
La primera vez que pisé su calzada, sentí toda su grandeza, pureza, fuerza y estado salvaje y hoy, muchos años después, lo sigo visitando al menos una vez cada cambio de estación, porque todas son totalmente diferentes. Lo he visto nevado, lleno de hojas verdes tintineando mandándome señales ocultas, de colores tierra y sonrosados en las ramas, he llenado mis bolsillos de castañas y setas….he merendado a la sombra y al sol…he jugado revolcándome por las hojas…he respirado el frío de la mañana y he visto dulces atardeceres, he llorado, gritado y reído a carcajadas. He recordado tu nombre en silencio, y he caminado agarrada de tu mano.