
«Los árboles nos hablan,
juega el aire con nuestro pelo
y susurro tu nombre bajito
jugando con las olas de los helechos.
Me ciega el sol del medio día,
el sonido de las hojas secas bajo nuestros pies,
desnudo mi mente atrapada entre ramas secas
de los árboles que nos cabijan.
Escucha…qué te dicen…
escucha…hablan sobre el tiempo…
y el placer de acumular caricias…»