«Un día tuve un sueño, corría descalza por un puente, con un ramo de mimosas en la mano, no miraba hacia atrás, el viento tapaba mis ojos con el baile violento del pelo, y solo veía reflejos de luz que me iluminaban el camino, no tenía miedo porque en el otro extremo sonaba tu voz acariciando mi nombre.»