Cilleros es muy especial para mi. Representa mi infancia, mis veranos eternos, la inocencia y los dibujos en las siestas, el calor y los baños en la pila de la cocina de mi abuela. Las chuches con sabores diferentes y los tomates rajados con sal. El olor a la panadería, la libertad de caminar por la calles con mis amigos, los atardeceres larguísimos. Mi tía Chon haciéndome reír, y Valentín con su pila en la mano mirándome con dulzura y compartiendo juegos. Mi abuela Margarita, siempre sonriendo y divertida comprando en la tienda de su gran amiga Doña Gloria. Jugar a la rana en el mesón de Ti Honesio. Los nietos de Don Teófilo y mi amiga Belén. Todo forma parte de mi.
La familia de mi madre vivía en la cuesta de La Flora y la familia de mi padre es de La Pica, todo el pueblo era mío para recorrerlo de punta a punta.
Todo me gusta de Cilleros, todo me trae recuerdos, cada calle, cada ventana y reconozco que ha sido muy difícil seleccionar las fotografías. Cada una de ellas representa algo, cada una de ellas es un pedacito de mi.